Blogs de carrera, mercado laboral e identidad digital
Fuente
Tremeeenda ensalada. Tradicionalmente, los buscadores de trabajo, los vendedores, enviaban su producto, su CV, a los compradores, los empleadores, y/o a los intermediarios del mercado, o sea, las empresas de selección, cazatalentos, ETT’s, etc.
Luego, el mercado de CV’s se internetizó y llegaron los portales de empleo. Los intermediarios se defendieron creando sus portales particulares. Y los empleadores modernos, también. El trabajo de buscar empleo era cada vez más difícil. Horas y horas colocando su CV en miles de portales y respondiendo a anuncios.
Con el tiempo uno de los portales consigue una posición de cuasi-monopolio. Rapidez. Inmediatez. Respuesta en tiempo real. El sueño del mercado único se toca con los dedos. Aparecen muchos más intermediarios para aprovechar “el tiempo real”. La selección de personal ya es una cuestion de velocidad. Los reclutadores pagan dos veces: por anunciar ofertas y por hacer búsquedas directas de CV’s sin nombre. El productor, el del CV, asiste pasivo al tráfico comercial con su información profesional. Bueno, no tan pasivo. Cuando es directivo, con la promesa de que su CV lo van a ver todos los headhunters, paga por colocarlo en un saco ciego.
Luego vienen las redes sociales, los contactos, muchas fotos junto a la tuya. Tu CV, el mismo CV, colgado en mil redes. Y cada semana sale una nueva. La vida del buscador de empleo no mejora. Y el correo electrónico atascado de mensajes de desconocidos que quieren ser mis “contactos”. Bueno, si te conformas con una “pertenencia” básica no hay que pagar y tu CV lo puede ver todo el mundo. Sí, a través de Google.
Haz la prueba. Escribe tu nombre y apellidos en búsqueda avanzada y verás quién eres en Internet. Si apareces en varias redes sociales con el mismo CV confirmarás tu hambre de trabajo. Pero, cuidado, porque puede aparecer algo con lo que no contabas. Los reclutadores leen en tu CV lo que quieres que lean y lo que no quieres lo buscan en Google. Prepara una buena respuesta para la entrevista. Si es que la hay, porque con una identidad contradictoria tus posibilidades descienden. Claro, que peor es tener una identidad difusa, que haya varias personas con tu mismo nombre y apellidos, y mucho peor no tener identidad, no haber dejado ni un rastro en Internet en todos los años de tu existencia. Casi triste.
Curiosa situación, ¿verdad? Internet es el mercado. Google y similares son los buscadores. Los reclutadores están hartos de pagar a portales de empleo. Los interesados, mareados de colgar su CV en mil sitios y de que otros especulen con sus datos profesionales. Por otro lado, con una simple entrada (post, en inglés) en un blog gratuito apareces en todos los buscadores. Es más, con un solo comentario en un blog ya eres mundial. Y si quieres identidad unificada y coherente, en tu blog de carrera puedes contar tu CV, tu vida, tus milagros y tus patinazos. Del jugo que se puede sacar a los comentarios hablaremos otro día.
Entonces ¿por qué no había todavía un mercado laboral abierto en Internet? Gratuito, sin intermediarios. No lo entendemos. Así que lo hemos creado nosotros. Es el portal carreras 2.0 . Porque tienes derecho a un nombre, a una identidad, una sola, a una única presencia, a no pagar, a traficar con tu información, a gestionar su valor, a cobrar llegado el caso, a descansar (continúa tú la serie, por fa). Y para reclutadores, información audiovisual sobre los candidatos, referencias de otros reclutadores, contacto gratuito con los candidatos, sin coste, ahorro de tiempo y esfuerzo… Entrad, entrad en carreras 2.0 y veréis.
Tremeeenda ensalada. Tradicionalmente, los buscadores de trabajo, los vendedores, enviaban su producto, su CV, a los compradores, los empleadores, y/o a los intermediarios del mercado, o sea, las empresas de selección, cazatalentos, ETT’s, etc.
Luego, el mercado de CV’s se internetizó y llegaron los portales de empleo. Los intermediarios se defendieron creando sus portales particulares. Y los empleadores modernos, también. El trabajo de buscar empleo era cada vez más difícil. Horas y horas colocando su CV en miles de portales y respondiendo a anuncios.
Con el tiempo uno de los portales consigue una posición de cuasi-monopolio. Rapidez. Inmediatez. Respuesta en tiempo real. El sueño del mercado único se toca con los dedos. Aparecen muchos más intermediarios para aprovechar “el tiempo real”. La selección de personal ya es una cuestion de velocidad. Los reclutadores pagan dos veces: por anunciar ofertas y por hacer búsquedas directas de CV’s sin nombre. El productor, el del CV, asiste pasivo al tráfico comercial con su información profesional. Bueno, no tan pasivo. Cuando es directivo, con la promesa de que su CV lo van a ver todos los headhunters, paga por colocarlo en un saco ciego.
Luego vienen las redes sociales, los contactos, muchas fotos junto a la tuya. Tu CV, el mismo CV, colgado en mil redes. Y cada semana sale una nueva. La vida del buscador de empleo no mejora. Y el correo electrónico atascado de mensajes de desconocidos que quieren ser mis “contactos”. Bueno, si te conformas con una “pertenencia” básica no hay que pagar y tu CV lo puede ver todo el mundo. Sí, a través de Google.
Haz la prueba. Escribe tu nombre y apellidos en búsqueda avanzada y verás quién eres en Internet. Si apareces en varias redes sociales con el mismo CV confirmarás tu hambre de trabajo. Pero, cuidado, porque puede aparecer algo con lo que no contabas. Los reclutadores leen en tu CV lo que quieres que lean y lo que no quieres lo buscan en Google. Prepara una buena respuesta para la entrevista. Si es que la hay, porque con una identidad contradictoria tus posibilidades descienden. Claro, que peor es tener una identidad difusa, que haya varias personas con tu mismo nombre y apellidos, y mucho peor no tener identidad, no haber dejado ni un rastro en Internet en todos los años de tu existencia. Casi triste.
Curiosa situación, ¿verdad? Internet es el mercado. Google y similares son los buscadores. Los reclutadores están hartos de pagar a portales de empleo. Los interesados, mareados de colgar su CV en mil sitios y de que otros especulen con sus datos profesionales. Por otro lado, con una simple entrada (post, en inglés) en un blog gratuito apareces en todos los buscadores. Es más, con un solo comentario en un blog ya eres mundial. Y si quieres identidad unificada y coherente, en tu blog de carrera puedes contar tu CV, tu vida, tus milagros y tus patinazos. Del jugo que se puede sacar a los comentarios hablaremos otro día.
Entonces ¿por qué no había todavía un mercado laboral abierto en Internet? Gratuito, sin intermediarios. No lo entendemos. Así que lo hemos creado nosotros. Es el portal carreras 2.0 . Porque tienes derecho a un nombre, a una identidad, una sola, a una única presencia, a no pagar, a traficar con tu información, a gestionar su valor, a cobrar llegado el caso, a descansar (continúa tú la serie, por fa). Y para reclutadores, información audiovisual sobre los candidatos, referencias de otros reclutadores, contacto gratuito con los candidatos, sin coste, ahorro de tiempo y esfuerzo… Entrad, entrad en carreras 2.0 y veréis.
0 comentarios