Tres de cada cuatro españoles no pueden modificar su horario
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España es uno de los países europeos con los horarios laborales más rígidos. El 77% de los trabajadores españoles, algo más de tres cuartas partes, afirman que no tienen ninguna posibilidad de modificar la jornada que le viene dada por la empresa para adaptarla a sus necesidades personales o familiares. Solo los empleados de algunos países del Este están en peor situación, según una encuesta de la Unión Europea (UE) que el sindicato UGT utilizará para impulsar una campaña con el lema A las seis en casa.
Únicamente un 20% de los españoles aseguran tener algún margen de flexibilidad, como por ejemplo elegir entre varios horarios prefijados o distribuir la jornada dentro de unos límites. La minoría restante tiene libertad para decidir completamente cómo organiza su horario.
Los autores del estudio constatan que existen "diferentes modelos" de organizar el tiempo de trabajo entre los países europeos. España forma parte del bloque de Estados del sur y del este de Europa, en los que los asalariados apenas pueden incidir en su horario. En cambio, los trabajadores de los países nórdicos gozan de mucha más autonomía. Alrededor de la mitad de estos aseguran que pueden modificar o adaptar la jornada a sus necesidades personales o familiares.
POCA PRODUCTIVIDAD
Los encuestados españoles declaran que trabajan una media de 40,3 horas semanales y que gastan casi 40 minutos en desplazarse cada día a la empresa. El 70% aseguran que tienen horarios fijos de entrada y salida del trabajo.
Muchas horas y poca productividad son un binomio perverso, según destaca el secretario general de la UGT catalana, Josep Maria Álvarez, como justificación para proponer una revolución en la cultura del tiempo de trabajo. "Hay que promover un gran debate social para cambiar la cultura errónea según la cual se es más productivo cuantas más horas se está en el trabajo", afirma. El problema no se circunscribe a los convenios colectivos, sino que tiene muchas repercusiones como el tiempo que se dedica a la familia y el reparto de tareas domésticas.
Los países que el dirigente sindical toma como ejemplos son los que tienen el binomio opuesto al español, es decir, menos horas pero bastante más productivas. Ése es el caso de Holanda, Alemania y Bélgica. Según un informe del BBVA, en España se trabaja un 13% más pero se produce un 15% menos que la media europea.
AUTOGESTIÓN
Para algunas empresas, la flexibilidad que ofrece a sus trabajadores no siempre está de acuerdo con el lema de A las seis en casa. La consultora de mercado Táctica, con oficinas en Barcelona y Madrid, ofrece a sus empleados la posibilidad de decidir su jornada. "Cada uno gestiona su propio tiempo. Si alguien quiere ir al Ikea o al dentista, puede empezar a trabajar más tarde, acabar antes la jornada o tomarse fiesta. Lo importante es que se haga responsable de su trabajo y que éste acabe saliendo", asegura Cristóbal Domingo, socio de Táctica.
Un sistema de trabajo con esta organización requiere "madurez" por parte de los trabajadores, según Domingo, que advierte de que no todos están dispuestos a decidir su jornada y quieren unos horarios más acotados a cambio de no trabajar un sábado a cuenta de un puente largo, por ejemplo. Como consecuencia del elevado margen de libertad de autoorganización, los cuatro días de asuntos propios que prevé el convenio han sido convertidos en vacaciones puesto que han perdido su razón de ser.
España es uno de los países europeos con los horarios laborales más rígidos. El 77% de los trabajadores españoles, algo más de tres cuartas partes, afirman que no tienen ninguna posibilidad de modificar la jornada que le viene dada por la empresa para adaptarla a sus necesidades personales o familiares. Solo los empleados de algunos países del Este están en peor situación, según una encuesta de la Unión Europea (UE) que el sindicato UGT utilizará para impulsar una campaña con el lema A las seis en casa.
Únicamente un 20% de los españoles aseguran tener algún margen de flexibilidad, como por ejemplo elegir entre varios horarios prefijados o distribuir la jornada dentro de unos límites. La minoría restante tiene libertad para decidir completamente cómo organiza su horario.
Los autores del estudio constatan que existen "diferentes modelos" de organizar el tiempo de trabajo entre los países europeos. España forma parte del bloque de Estados del sur y del este de Europa, en los que los asalariados apenas pueden incidir en su horario. En cambio, los trabajadores de los países nórdicos gozan de mucha más autonomía. Alrededor de la mitad de estos aseguran que pueden modificar o adaptar la jornada a sus necesidades personales o familiares.
POCA PRODUCTIVIDAD
Los encuestados españoles declaran que trabajan una media de 40,3 horas semanales y que gastan casi 40 minutos en desplazarse cada día a la empresa. El 70% aseguran que tienen horarios fijos de entrada y salida del trabajo.
Muchas horas y poca productividad son un binomio perverso, según destaca el secretario general de la UGT catalana, Josep Maria Álvarez, como justificación para proponer una revolución en la cultura del tiempo de trabajo. "Hay que promover un gran debate social para cambiar la cultura errónea según la cual se es más productivo cuantas más horas se está en el trabajo", afirma. El problema no se circunscribe a los convenios colectivos, sino que tiene muchas repercusiones como el tiempo que se dedica a la familia y el reparto de tareas domésticas.
Los países que el dirigente sindical toma como ejemplos son los que tienen el binomio opuesto al español, es decir, menos horas pero bastante más productivas. Ése es el caso de Holanda, Alemania y Bélgica. Según un informe del BBVA, en España se trabaja un 13% más pero se produce un 15% menos que la media europea.
AUTOGESTIÓN
Para algunas empresas, la flexibilidad que ofrece a sus trabajadores no siempre está de acuerdo con el lema de A las seis en casa. La consultora de mercado Táctica, con oficinas en Barcelona y Madrid, ofrece a sus empleados la posibilidad de decidir su jornada. "Cada uno gestiona su propio tiempo. Si alguien quiere ir al Ikea o al dentista, puede empezar a trabajar más tarde, acabar antes la jornada o tomarse fiesta. Lo importante es que se haga responsable de su trabajo y que éste acabe saliendo", asegura Cristóbal Domingo, socio de Táctica.
Un sistema de trabajo con esta organización requiere "madurez" por parte de los trabajadores, según Domingo, que advierte de que no todos están dispuestos a decidir su jornada y quieren unos horarios más acotados a cambio de no trabajar un sábado a cuenta de un puente largo, por ejemplo. Como consecuencia del elevado margen de libertad de autoorganización, los cuatro días de asuntos propios que prevé el convenio han sido convertidos en vacaciones puesto que han perdido su razón de ser.
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