CEOE pide a las empresas que aprovechen la ola deslocalizadora

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La patronal anima a las compañías a concentrar en España las actividades de mayor valor añadido y de nivel tecnológico, y trasladar al exterior aquellas labores que necesiten del empleo masivo de mano de obra.
La patronal CEOE considera que las empresas españolas también pueden aprovechar el actual proceso mundial de traslado de la producción -o deslocalización- hacia países con menores costes laborales o de la producción en general. La confederación reconoce que este fenómeno industrial crea problemas a corto plazo, sobre todo en los sectores con menor nivel tecnológico y empleo menos cualificado, pero también valora su lado positivo.
El traslado de la producción de las compañías “no debe considerarse como un hecho negativo en si mismo, sino como una oportunidad; máxime si se es capaz de transformar el modelo económico actual en otro más dinámico y competitivo”, dice un documento interno de CEOE, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN, y que se titula Los procesos de deslocalización y la competitividad de la economía.
La declaración se produce en un contexto de honda preocupación del Gobierno y de las comunidades autónomas por este fenómeno industrial, y es una crítica implícita a las declaraciones altisonantes que los responsables autonómicos hacen contra las multinacionales que deciden cerrar en España y trasladar la producción a otro país.
El primero fue, en 2004, el consejero de Trabajo del primer Gobierno tripartito catalán, Josep María Rañé, quien amenazó a Philips con no hacerle pedidos de la Generalitat. Más recientemente, y entre otras cosas, la Junta de Andalucía ha advertido a Delphi que piensa aplicar la legislación laboral de forma estricta para que devuelva parte de los 62 millones de euros que ha recibido en ayudas públicas.
La patronal apunta que si las empresas españolas trasladan fuera la parte de su producción que necesita mano de obra intensiva y poco cualificada, “pueden concentrar en territorio nacional actividades de mayor valor añadido” con el consiguiente empleo cualificado. “Este hecho les permitirá mantener e incrementar su ventaja competitiva en el escenario internacional”.
En segundo lugar, las compañías  españolas deben “aprovechar la deslocalización para tomar posiciones en otros países y acercarse a nuevos clientes”. Incluso, “es una forma de combatir o reequilibrar [este fenómeno industrial], ya que parte de la riqueza en estos países vuelve a España en forma de dividendos”, dice el citado documento.
Estimular la inversión
CEOE considera además que no se lucha contra la fuga de las empresas lamentando la situación y creando obstáculos a las compañías que toman esta decisión, como están haciendo algunas comunidades autónomas. Por el contrario, la confederación entiende que la mejor manera de combatir esta consecuencia de la globalización económica es que las Administraciones creen el marco adecuado para animar a invertir en España a las empresas, tanto españolas como extranjeras.
“La sociedad española y todas las Administraciones Públicas deben ser conscientes de que el mantenimiento y la creación de empleo depende de que las empresas nacionales y extranjeras encuentren en nuestro país unas condiciones que propicien el desarrollo de sus actividades tanto industriales como de servicios”. “En definitiva –dice el documento – la solución no es evitar los procesos [empresariales] de ajuste de la producción, sino acompañarlos con estrategias políticas de largo plazo para mejorar la competitividad de las empresas y la versatilidad de los trabajadores” para ocupar empleos diferentes. Por ejemplo, con reformas para mejorar la fiscalidad, la educación y la formación de los trabajadores.
Los consejos
·  ”Los procesos de deslocalización son una oportunidad para mejorar la competitividad de la economía española”.
·  ”Las Administraciones y las empresas pueden favorecer el empleo más cualificado y la especialización productiva”.
·  ”España debe contar con un marco propicio en materias como la fiscalidad, la formación, las relaciones laborales, las infraestructuras o la energía”.
·  ”La economía española ya no puede competir en costes salariales, sino en la diferenciación del producto”.
·  ”Ello no supone renunciar a los servicios públicos o a la defensa del medio ambiente“.