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Un estudio denuncia la desigualdad del modelo económico español. El 56,6% de los asalariados españoles cobra menos de 1.100 euros brutos al mes.

Fuente: Aprendemas
El Instituto de Estudios del Capital Social -INCAS- de la Universitat Abat Oliba CEU ha elaborado un informe donde se pone de manifiesto la desigualdad dual que está provocando el actual modelo de crecimiento económico y se denuncia que

Ahora que en los gurús económicos y los expertos en finanzas y los medios especializados comienzan a hablar de crisis económica es el momento de hacer balance de más de una década de crecimiento continuado en España es el momento de hacer balance de lo logrado. Esta es por lo menos una de las razones que han llevado al Instituto de Estudios del Capital Social (INCAS) de la Universitat Abat Oliba CEU ha elaborar el informe ‘Crecimiento económico, desigualdad social y crisis’. Las conclusiones del estudio no pueden ser más claras, sobre todo teniendo en cuenta la coletilla del título ‘cuando la riqueza crece y la desigualdad aumenta: el caso de España y Cataluña: hacia una sociedad dual’. Y es que como explica el texto, el modelo económico nacional está aumentando las distancias entre ricos y pobres, además de incrementar el número de estos últimos.

El trabajo explica España ha crecido por encima del 3% durante los últimos diez años, a excepción de 2002 (el aumento sólo alcanzó el 2,7%), pero que ahora debe afrontar un momento de incertidumbre económica mundial marcado por unos ascenso mucho más moderados. De hecho, las previsiones del Gobierno apuntan a una evolución más pausada del 3,1% en el Producto Interior Bruto (PIB), una de las cifras más optimistas que se barajan teniendo en cuenta que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apenas espera un avance del 2,7% en tanto que Estándar & Poors predice un incremento de entre el 2% y el 2,5% para 2008, lo que deberá hacer replantearse la actual política económica. En el informe se precisa que “los años de crecimiento no han servido para construir una sociedad con menos desequilibrios sociales y económicos, antes al contrario, los ha aumentado” y augura que ahora que llega el momento de ‘apretarse el cinturón’ “los menos favorecidos serán también quienes soportarán inexorablemente la reducción de las prestaciones sociales y del poder adquisitivo de los salarios”.

Incas presenta en su informe un problema que no siempre suele tener en cuenta, “la progresiva construcción de una sociedad dual acentuando las desigualdades” y en la que “un conjunto de la población tiene la condición de perdedores natos”. Se trata concretamente de los asalariados con sueldos bajos o con dificultad para ajustar su retribución a la inflación y que alcanzan un 25% del total. En este grupo también entrarían trabajadores autónomos ligados a sectores en recesión, como puede ser el de la construcción y las actividades derivadas del mismo.

Según los datos que recoge Incas, en 2006 la remuneración real en España disminuyó un 0,5%, a la que habría que añadir la pérdida del 0,3% en tasa media interanual durante el periodo 2000-2005. Esta situación choca diametralmente con la de la Europa de los Quince (UE15), donde el salario creció un 0,8% y convierte al territorio nacional en un ‘rara avis’ incluso para el conjunto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Y es que desde 1999 el salario medio español es negativo. En la actualidad este dato se sitúa en los 20.348 euros brutos anuales, mientras que en los Quince alcanza los 34.412 euros. En el informe se califica este hecho como “una diferencia extraordinaria si se considera que en renta per cápita España ya se sitúa por encima del 95% de la renta de la UE15”. Así, denuncia que “s el salario medio mantuviera una proporción equivalente, debería situarse por encima de los 30.000 euros brutos al año” y expone que todavía estamos lejos de esas cifras con un 56,9% de los asalariados cobrando menos de 1.100 euros brutos al mes.

Lo más grave a tenor de los datos del informe que es que, lejos de estancarse, la renta por persona en España presenta “un notable empeoramiento si se contempla en términos comparativos de igual poder adquisitivo (PPA)”. Según la ONU, es el país número 25 en todo el mundo por renta por persona (ppa) con 27.522 dólares, por encima de vecinos como Grecia (25.975 dólares) pero muy lejos de las principales economías europeas como Francia, Italia o Alemania, que rondan los 31.000 dólares, y todavía a más distancia de los líderes en este apartado como Irlanda, donde cada sobre contiene 44.087 dólares. Y lo peor es que la situación no tiene visos de revertir. Así, en términos de porcentaje sobre el Producto Interior Bruto (PIB) los salarios han perdido peso de forma continua en los últimos años y del 49,9% de 1999 han pasado al 46,4% en 2006. La media en UE15 está en 2005 estaba en el 58%. A estas informaciones hay que añadir el aumento de la presión fiscal entre 2004 y 2006 según la OCDE hasta un punto que sólo Estados Unidos y Corea superan la cifra española, que en 2007 se situará en torno al 37,5%.

Las diferencias ente clases e ingresos quedan todavía más patentes “si atendemos a una metodología habitual a la habitual para medir la desigualdad, la relación entre el 20% de la población con los ingresos más elevados, con el 20% que ocupa el nivel más bajo, podemos constatar con datos del Eurostat que el cociente es de 5,4 para España y tan sólo el 4,8 para la UE15 en el 2005, y del 4,9 de la UE25. Del conjunto de los 25, España es el noveno más desigual, prácticamente al mismo nivel de Gran Bretaña (5,5), pero claramente por encima de otro país de modelo socioeconómico anglosajón y rápido crecimiento de su PIB, Irlanda (5,0). Las diferencias con países muy igualitarios como Alemania (4,1) y Francia (4,0) es muy amplia, y lógicamente todavía más del modelo nórdico, Suecia (3,3), Dinamarca (3,5), Finlandia (3,6)”. Lo mismo ocurre con el coeficiente Gini, otra de las medidas de desigualdad más utilizadas, y donde España circula ligeramente por debajo de Reino Unido e Irlanda.

Según refleja el estudio, la denominada pobreza relativa señala “la magnitud y el crecimiento de la población pobre”, que en España alcanza ya el 20% (en la Unión Europea la media está en el 16%) cuando en 2000 apenas era del 18%. El texto precisa que “el crecimiento desde aquel año del PIB a ritmos por encima del 3% tiene como resultante el aumento de dos puntos de la población pobre, es decir, 880.000 personas más”. Al final, casi una de cada cinco personas viven en esta situación, que en términos monetarios significa percibir ingresos inferiores a los 6.347 euros al año.

La situación mejora con las pensiones

Aunque las pensiones españolas no son particularmente generosas en el contexto europeo, su papel es crucial para la redistribución de la riqueza. De hecho, en España la población bajo el umbral de la pobreza relativa antes de la redistribución de renta es del 38%, un dato que se reduce al 24% tras las pensiones de vejes y supervivencia. El resto de las ayudas sociales lo aminoran 4,2 puntos hasta el 19,8% de la población.

Todo a pesar de que si se compara en términos homogéneos el esfuerzo de gasto en términos de porcentaje de PIB y en relación al número de personas de 65 años y más como porcentaje de la población total, España ocupa junto a Irlanda, las últimas posiciones. El coeficiente de esfuerzo es de 2,27 parar España y 3,9 para Irlanda, mientras que para el conjunto de la UE15 es de 1,95. Los países que se sitúan claramente por debajo de la media europea son Portugal, 1,85, Francia e Italia con 1,90 las más generosas; y Alemania 1,95. Los países nórdicos se encuentran en posiciones ligeramente   inferiores en torno a 2, y el Reino Unido con 2,24.

El estudio también entra a valorar la situación actual en Cataluña, donde “las cifras son ligeramente mejores pero continúan siendo considerables”. Asó el 35,5% de la población está situada en la pobreza relativa antes de las pensiones. Los efectos de estas últimas reducen la cifra a 20,6%, por lo tanto, una reducción de 14,9 puntos, muy parecida a la reducción española, mientras que las ayudas sociales rebajan hasta el 17,2% sobre el total de población la que está situada en la pobreza relativa, con una disminución de 3,2 puntos, una magnitud menor a la de España, los datos también señalan un esfuerzo inferior en la lucha contra la pobreza.

Según el informe el principal problema llegará con la más que previsible crisis de la sistema de la Seguridad Social y la reforma todavía pendiente del mismo que “puede atenuar el efecto redistributivo al disminuir las prestaciones para ajustarlas más a la cuota meritada, aumentando así el número de personas en situación de pobreza, si no se adoptaran otras medidas complementarias”. 

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