¿Recesión española? Los indicadores de empleo, confianza, producción industrial y consumo se contraen
Fuente María Igartua.
¿Está España en recesión? La economía española está viviendo su particular “mundo al revés”. Suben los indicadores que tendrían que bajar y bajan los que tendrían que subir. Los últimos datos publicados sobre la producción industrial y la confianza del consumidor del Instituto Crédito Oficial (ICO), sumados a los referidos a la venta de coches, el paro, la competitividad de los productos españoles en el extranjero y la riqueza financiera en los hogares, dibujan un panorama poco esperanzador para la economía española en 2008. La desaceleración es un hecho.
Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta mañana, el Índice General de la Producción Industrial (IPI) registró en diciembre un descenso del 0,3% respecto al mismo mes del año anterior y cayó un 2,4% al descontar los efectos del calendario. En definitiva, los indicadores principales de la economía se encuentran en contracción. ¿El paso previo a una recesión? Según los últimos datos oficiales, el PIB español creció por encima del 3,5% en el cuarto trimestre de 2007, aunque podría sufrir un frenazo similar al de EEUU, que pasó de crecer un 4,9% a tan sólo un 0,6%.
Confianza en mínimos históricos
Dependiendo del destino económico de los bienes, las tasas de variación respecto a diciembre de 2006 fueron del -2,5% para los bienes de consumo (-5,4% para los bienes de consumo duradero y un -2% para los no duraderos), un 3,2% para los bienes de equipo, un -2,8% para los intermedios y un 4,4% para la energía. Por otro lado, el indicador sobre la confianza del consumidor del Instituto de Crédito Oficial no es más optimista. Baja por noveno mes consecutivo, 1,4 puntos respecto a diciembre, y marca su mínimo histórico.
Y es que el consumo se encuentra contra las cuerdas. La semana pasada se conocía la fuerte caída en las ventas de coches como consecuencia del cambio fiscal y el debilitamiento de la economía doméstica. Concretamente el número de matriculaciones en enero descendió en un 12,7% en comparación con las registradas el año anterior, el mayor desplome desde junio de 2002.
Un comportamiento que no llama la atención si se tiene en cuenta que la riqueza de los hogares españoles cayó en casi 32.000 millones de euros el año pasado, según los datos que obran en poder del Banco de España. El principal motivo: el aumento del endeudamiento, ya que el valor de los activos financieros (salvo los referidos a patrimonio inmobiliario) continuó creciendo a buen ritmo.
A esto hay que sumar el último episodio vivido ayer, cuando saltaron todas las alarmas tras conocerse que en enero más de 130.000 personas han pasado a engordar las listas del INEM, o lo que es lo mismo, el número de parados se ha duplicado con respecto al mismo periodo de 2006. Con este mal trago encaraba el gobierno la semana.
Concretamente, Jesús Caldera, ministro de Trabajo, que tuvo que hacer de tripas corazón, aseguraba que pese a que el dato “es muy malo”, en términos históricos "hay más gente que nunca trabajando en España". Además aprovechaba para anunciar un paquete de medidas específicas especialmente dirigido al sector inmobiliario, uno de los más afectados por la desaceleración económica.
Con todo, los analistas lo tienen claro. “El diagnóstico es una desaceleración significativa de nuestra economía que hay que admitir sin matices. La cuestión es si esta desaceleración va a ser más intensa o no”, aseguraba Xavier Segura, director del servicio de estudios de Caixa Catalunya en EuropaPress. “Posiblemente el crecimiento lo vamos a ver este año por debajo del 3%”, añadió.
¿Está España en recesión? La economía española está viviendo su particular “mundo al revés”. Suben los indicadores que tendrían que bajar y bajan los que tendrían que subir. Los últimos datos publicados sobre la producción industrial y la confianza del consumidor del Instituto Crédito Oficial (ICO), sumados a los referidos a la venta de coches, el paro, la competitividad de los productos españoles en el extranjero y la riqueza financiera en los hogares, dibujan un panorama poco esperanzador para la economía española en 2008. La desaceleración es un hecho.
Según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta mañana, el Índice General de la Producción Industrial (IPI) registró en diciembre un descenso del 0,3% respecto al mismo mes del año anterior y cayó un 2,4% al descontar los efectos del calendario. En definitiva, los indicadores principales de la economía se encuentran en contracción. ¿El paso previo a una recesión? Según los últimos datos oficiales, el PIB español creció por encima del 3,5% en el cuarto trimestre de 2007, aunque podría sufrir un frenazo similar al de EEUU, que pasó de crecer un 4,9% a tan sólo un 0,6%.
Confianza en mínimos históricos
Dependiendo del destino económico de los bienes, las tasas de variación respecto a diciembre de 2006 fueron del -2,5% para los bienes de consumo (-5,4% para los bienes de consumo duradero y un -2% para los no duraderos), un 3,2% para los bienes de equipo, un -2,8% para los intermedios y un 4,4% para la energía. Por otro lado, el indicador sobre la confianza del consumidor del Instituto de Crédito Oficial no es más optimista. Baja por noveno mes consecutivo, 1,4 puntos respecto a diciembre, y marca su mínimo histórico.
Y es que el consumo se encuentra contra las cuerdas. La semana pasada se conocía la fuerte caída en las ventas de coches como consecuencia del cambio fiscal y el debilitamiento de la economía doméstica. Concretamente el número de matriculaciones en enero descendió en un 12,7% en comparación con las registradas el año anterior, el mayor desplome desde junio de 2002.
Un comportamiento que no llama la atención si se tiene en cuenta que la riqueza de los hogares españoles cayó en casi 32.000 millones de euros el año pasado, según los datos que obran en poder del Banco de España. El principal motivo: el aumento del endeudamiento, ya que el valor de los activos financieros (salvo los referidos a patrimonio inmobiliario) continuó creciendo a buen ritmo.
A esto hay que sumar el último episodio vivido ayer, cuando saltaron todas las alarmas tras conocerse que en enero más de 130.000 personas han pasado a engordar las listas del INEM, o lo que es lo mismo, el número de parados se ha duplicado con respecto al mismo periodo de 2006. Con este mal trago encaraba el gobierno la semana.
Concretamente, Jesús Caldera, ministro de Trabajo, que tuvo que hacer de tripas corazón, aseguraba que pese a que el dato “es muy malo”, en términos históricos "hay más gente que nunca trabajando en España". Además aprovechaba para anunciar un paquete de medidas específicas especialmente dirigido al sector inmobiliario, uno de los más afectados por la desaceleración económica.
Con todo, los analistas lo tienen claro. “El diagnóstico es una desaceleración significativa de nuestra economía que hay que admitir sin matices. La cuestión es si esta desaceleración va a ser más intensa o no”, aseguraba Xavier Segura, director del servicio de estudios de Caixa Catalunya en EuropaPress. “Posiblemente el crecimiento lo vamos a ver este año por debajo del 3%”, añadió.
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