Diez ladrones del tiempo en tu trabajo.
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1.- No saber decir NO a nada ni a nadie
La paradoja del prestigio profesional : mejor decir NO y llegar hasta donde dices; que siempre SÍ y llegar sólo hasta donde puedes.
2.- La incapacidad para delegar en los otros
Enseña, confía y delega. Empeñarte en que todo se haga como lo harías tú, únicamente conseguirás que al final te las tengas que hacer tú.
3.- La manía porla perfección innecesaria
Es básico aprender a simplificar. De lo contrario, derrocharás tiempo útil en hacer las cosas como nadie te las ha pedido. Además, nadie lo apreciará.
4.- Falta de planificación escrita
Este fallo te hará confundir lo urgente con lo importante. Asigna prioridades en tus tareas para no perder tiempo en cosas banales.
5.- No tener organizados tus papeles
Aunque se suele decir “yo en mi desorden encuentro todo”, una mesa siempre invadida por papeles te hará ser un profesional menos eficaz.
6.- Permitir la invasión de ‘okupas’
Son aquellas personas que se cuelan ante tu mesa sin haber sido invitadas ni citadas, con el único pretexto de charlar o comentarte algo intrascendente. No dejes que esto sea una costumbre.
7.- Las reuniones ‘demenciales’
Cuidado con las reuniones mal dirigidas y que se alargan más de lo acordado (si es que tenían hora de final). No sólo pierdes el tiempo tú, sino todos los demás asistentes.
8.- El teléfono (y, sobre todo, el móvil)
Tú decides si contestas o no. El móvil es una herramienta para ti, no para que seas su esclavo. Eso sí, devuelve la llamada al que te deja recado.
9.- Ver un mail y lanzarse a contestarlo
Aún cuando es intrascendente, es una tentación irresistible. No permitas esa distracción. Ponte una hora para leer y contestarlos.
10.- No ponerte hora para irte a casa
Si no has decidido a qué hora te quieres ir hoy, tu mente trabajará más dispersa al no tener una referencia clara, y disminuirá notablemente
tu rendimiento.
1.- No saber decir NO a nada ni a nadie
La paradoja del prestigio profesional : mejor decir NO y llegar hasta donde dices; que siempre SÍ y llegar sólo hasta donde puedes.
2.- La incapacidad para delegar en los otros
Enseña, confía y delega. Empeñarte en que todo se haga como lo harías tú, únicamente conseguirás que al final te las tengas que hacer tú.
3.- La manía porla perfección innecesaria
Es básico aprender a simplificar. De lo contrario, derrocharás tiempo útil en hacer las cosas como nadie te las ha pedido. Además, nadie lo apreciará.
4.- Falta de planificación escrita
Este fallo te hará confundir lo urgente con lo importante. Asigna prioridades en tus tareas para no perder tiempo en cosas banales.
5.- No tener organizados tus papeles
Aunque se suele decir “yo en mi desorden encuentro todo”, una mesa siempre invadida por papeles te hará ser un profesional menos eficaz.
6.- Permitir la invasión de ‘okupas’
Son aquellas personas que se cuelan ante tu mesa sin haber sido invitadas ni citadas, con el único pretexto de charlar o comentarte algo intrascendente. No dejes que esto sea una costumbre.
7.- Las reuniones ‘demenciales’
Cuidado con las reuniones mal dirigidas y que se alargan más de lo acordado (si es que tenían hora de final). No sólo pierdes el tiempo tú, sino todos los demás asistentes.
8.- El teléfono (y, sobre todo, el móvil)
Tú decides si contestas o no. El móvil es una herramienta para ti, no para que seas su esclavo. Eso sí, devuelve la llamada al que te deja recado.
9.- Ver un mail y lanzarse a contestarlo
Aún cuando es intrascendente, es una tentación irresistible. No permitas esa distracción. Ponte una hora para leer y contestarlos.
10.- No ponerte hora para irte a casa
Si no has decidido a qué hora te quieres ir hoy, tu mente trabajará más dispersa al no tener una referencia clara, y disminuirá notablemente
tu rendimiento.
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