Las pymes buscan ayuda en las ETT

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Todavía muy pocas pymes en España hacen uso de los servicios de las empresas de trabajo temporal, pero la tendencia empieza a cambiar.

 “¿Conoces a alguien que pueda sustituir a Pepe, ahora que se ha ido a vivir a Barcelona?” En la mayor parte de las pequeñas y medianas empresas españolas ésta es la forma tradicional de contratar a un empleado en momentos puntuales, en los que la rapidez y la eficacia son lo más importante. Contratar personal específico para el verano, la campaña navideña o cualquier otra época en la que la contratación temporal aumenta supone además una importante carga burocrática y de requisitos legales.

El número de contratos gestionados por las grandes empresas de trabajo temporal (ETT) creció un 10,3% en el primer semestre de 2007 respecto al mismo periodo del año pasado, hasta los 615.823 contratos, según  la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (Agett). Sin embargo, la mayor parte de ellos se han gestionado para grandes compañías. El sector de las pymes todavía no está consolidado. Según datos de Agett, las empresas usuarias de sus compañías asociadas son mayoritariamente de 50 a 250 trabajadores.

Aproximadamente, sólo el 10% de la contratación se concentra en las empresas de menos de 50 trabajadores, al contrario de lo que sucede en Bélgica o Reino Unido, donde la actividad de las ETT se distribuye casi por igual en empresas de distinto tamaño.
Francisco Aranda, presidente de Agett, explica que “una de nuestras principales metas es transmitir la eficacia que podemos tener para las pequeñas y medianas empresas como gestores de empleo”. En este sentido, Aranda cree que “las ETT pueden ser un aliado perfecto para ellas”.

Las empresas de trabajo temporal funcionan a través de una relación contractual con la empresa usuaria, cuyo coste varía en función de las necesidades de esta última, pero en ningún caso la cantidad percibida se deduce del salario del trabajador. El compromiso de las ETT es conseguir que las compañías que necesitan personal dispongan de los trabajadores que necesitan en el plazo fijado, con un perfil exacto al demandado y con la formación necesaria. Además, las ETT incluyen entre sus servicios la formación de los trabajadores temporales, si fuese necesaria, antes de su incorporación. Este aspecto adquiere especial importancia en el caso de las pymes, ya que muchas de ellas no tienen la capacidad de seleccionar y formar al personal que precisan. Aranda señala, eso sí, que “para poder brindar mayor y mejor asistencia a las pymes, hay que ponérselo más fácil. Es decir, que cuando acudan a una ETT puedan acceder a soluciones globales de recursos humanos y no sólo a contratación temporal.

En la mayoría de los países de nuestro entorno europeo, las ETT pueden transformarse en agencias globales de empleo y utilizar todos sus recursos de una forma más eficiente, gestionando no sólo contratos temporales sino también contratos indefinidos o selección y formación, y siempre de forma gratuita para el trabajador”.

Austria (2002), Italia (2003) y Francia (2005) son los últimos ejemplos de países que han actualizado sus legislaciones en este sentido. Según Aranda, sobran los motivos. El principal: “Un 30% de los trabajadores contratados a través de ETT accede a un empleo estable con la compañía cliente”, explica el centro de predicción económica Ceprede.

Las empresas admiten que abordar el proceso de contratación por sí mismas tiene unos costes implícitos que deberían asumir y que acaba haciendo más atractiva la opción de externalizar las contrataciones. En el caso de las pymes, muchas no disponen de un departamento de Recursos Humanos, con lo que el proceso de contratación tendría que ser asumido por otros departamentos internos. Pero, en las que sí cuentan con un departamento, éste no tiene capacidad para absorber ese proceso o bien acumulan demasiada carga de trabajo en los días previos al verano.

España es uno de los países europeos con mayor tasa de temporalidad en el empleo y con una menor cuota de penetración de las ETT; el sector todavía se encuentra muy poco arraigado en nuestro país. Enrique Sánchez, presidente en España de Adecco, compañía líder del sector en todo el mundo, explicaba en una entrevista con EXPANSIÓN que “no es normal que en el mercado español, que tiene una tasa de temporalidad en el empleo que ronda el 30%, cifra que duplica con creces la media europea, las ETT tengan una cuota de mercado inferior al 1%, menos de la mitad de muchos países vecinos”. Europa le lleva a España años de ventaja en este sector: países como Holanda cuentan con más de 40 años de experiencia, frente a los trece de nuestro país.

Puente de integración
El colectivo de inmigrantes es uno de los que más dificultades tiene para encontrar empleo. Las ETT son colaboradoras directas en la inserción laboral de estos trabajadores.
Según datos oficiales, de los 44,39 millones de personas empadronadas en España, 3,88 millones son inmigrantes, el 8,7% del total. La inmigración ha modificado la demografía y la economía de nuestro país y, por supuesto, también, la situación laboral.

Según datos de Agett, el trabajo de los inmigrantes ha generado algo más del 11% del Producto Interior Bruto (PIB). El 29,1% de los puestos gestionados por las ETT son de media o alta cualificación y la población inmigrante sólo accede al 19,8% de los empleos ofertados, según el estudio Las ETT como puente de la integración laboral de los inmigrantes, realizado por el servicio de estudios de Agett en colaboración con el Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid.

En el citado análisis, los sectores que presentan una mayor participación de trabajadores inmigrantes son la agricultura (72,1%) y los servicios de limpieza (25,8%), con una diferencia de 18,9 puntos entre mujeres inmigrantes y nacionales a favor de las primeras.

Otro sector con una importante presencia de trabajadores no nacionales es la hostelería, con el 10,7%. La edad media de los extranjeros que consiguen trabajo a través de una ETT es de entre 30 y 45 años. Cataluña acapara el mayor número, con el 31,8% de trabajadores foráneos, seguida por Madrid, (17,1%); Murcia, con el 15,1%, y la Comunidad Valenciana, el 12%.