El empleo juvenil, menos temporal desde el AMCE

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La tasa de temporalidad de los jóvenes ha descendido gracias al Acuerdo para la Mejora del Crecimiento y el Empleo (AMCE), que entró en vigor hace ya un año. En el 2º trimestre de 2007 la tasa de temporalidad de los jóvenes bajó en 2 puntos entre los 16 y los 20 años, en 4 puntos hasta los 25 años y en más de 2 puntos entre los 25 y los 30 años. El sindicato considera que el AMCE está ayudando a arraigar la cultura de la contratación indefinida, tanto en la contratación inicial como en la transformación de contratos temporales en fijos, y recuerda el compromiso de reforzar la inspección de trabajo para perseguir la contratación temporal fraudulenta.

Los efectos positivos del AMCE se constatan, mes a mes, a través de las estadísticas que miden el desempleo. Uno de los colectivos que más se está beneficiando es el de los jóvenes. En 2006 la tasa de temporalidad de los menores de 20 años fue del 82%; del 62,4% para los de 20 a 24 años; y del 46,5% entre los 25 a 29 años. Sin embargo, en el segundo trimestre de 2007 se observa una ligera pero esperanzadora mejoría. La tasa de temporalidad de los menores de 20 años baja hasta el 80%, desciende hasta el 58,4% para los jóvenes de 20 a 24 años, y hasta el 43,9% entre los de 25 a 29 años. Dicho de otra forma, en los meses de mayo a julio de 2007 se observa una caída de la temporalidad de 2 puntos entre los jóvenes de 16 a 20 años, de 4 puntos hasta los 25 años y de más de 2 puntos entre los 25 y 29 años.

Además, se observa que con el AMCE la contratación temporal puede servir de puente hacia un contrato indefinido, debido a la limitación impuesta sobre el uso de contratos temporales. De hecho, los datos de la Encuesta de Población Activa reflejan que el número de asalariados con contratos indefinidos ha aumentado hasta los 2.161.600 en el segundo trimestre de 2007 y, consecuentemente, se observa también que ha perdido fuerza la contratación temporal que se ha venido efectuando a los jóvenes (2.309.300). Concretamente donde más han disminuido el número de contratos temporales han sido los eventuales por circunstancias de la producción (392.100) y los temporales de aprendizaje y formación (167.900), respecto al trimestre anterior.

Las empresas no han estado utilizando los contratos temporales para la realización de obras y servicios de duración determinada, ni por circunstancias eventuales de la producción, sino para cubrir puestos de trabajo permanentes con contratos más baratos, es decir, no han respetado el principio de causalidad que consagra la Ley.

La experiencia demuestra, además, que la temporalidad no se reduce por el abaratamiento del despido. Así, el contrato de fomento de la contratación indefinida de 1997, que contemplaba un abaratamiento del coste del despido, de 33 días por año trabajado, no redujo la contratación temporal, sino que ésta se incrementó en mayor proporción. Por el contrario, el sistema de bonificaciones y ayudas a la contratación indefinida, recogido en el AMCE, sí ofrece la posibilidad de arraigar la “cultura de la contratación indefinida”, tanto en la contratación inicial como en la transformación de contratos temporales en fijos.

Esto unido a las medidas estructurales que limitan la contratación temporal, en lo relativo al encadenamiento de contratos, y a la necesaria intensificación de los servicios de inspección de trabajo, mediante la modernización e incremento de los recursos humanos y técnicos, permitirá asegurar el cumplimiento del AMCE y la persecución de la contratación temporal fraudulenta

Los compromisos derivados del AMCE establecen como objetivo que, a finales del próximo año, se llegue a 1.000 inspectores de trabajo y otros 1.000 subinspectores destinados a este fin, lo que supondría reforzar la plantilla en casi el 17%. Se trata de arrinconar la temporalidad no justificada, que a la larga lastra la competitividad de nuestra economía.