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España, a la cola de Europa en ayudas a la familia pese a los 2.500 euros de Zapatero. La nueva medida apenas elevará hasta un 0,8% el porcentaje del PIB destinado a los hijos, por debajo incluso de Malta

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A tan sólo ocho meses de las elecciones, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha prometido impulsar las ayudas a la natalidad con una paga de 2.500 euros para las madres. En vez de pan, los niños que hayan nacido o hayan sido adoptados desde el pasado 3 de julio traerán consigo esta cantidad debajo del brazo. Del escaso 0,68 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) que España destinaba hasta ahora a la familia, se pasará así a un 0,8 por ciento, según los cálculos de Eduardo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Familiar, en base al montante total que tendrán que desembolsar las arcas públicas para otorgar las ayudas a todas las madres: alrededor de 1.200 millones de euros.
La contribución a la natalidad que el Gobierno ha anunciado a bombo y platillo no cambia, sin embargo, el panorama: nuestro país seguirá a la cola de Europa en ayudas a la familia. La cifra no se aproxima, ni de lejos, al 3,9 por ciento que destina Dinamarca, ni tampoco a la cantidad prometida por el propio Zapatero antes de subir al poder. El jefe del Ejecutivo garantizó llegar al 1,5 por ciento en su primera Legislatura para luego ampliarlo al 2,2.
Distintas asociaciones de familias aseguran, además, que la ayuda llega «tarde» y que la cuantía «es muy poca» en comparación con otros estados europeos. En Alemania, por ejemplo, a partir de enero de este año se ofrecen más ayudas fiscales a los padres que se dedican al cuidado de sus hijos, y antes de 2013 se deberán crear 455.000 nuevas plazas en guarderías. Mientras, en Suecia las madres tienen una baja por maternidad que puede llegar a alcanzar las 96 semanas.
Desgravación fiscal
En Francia, las familias reciben 512 euros al mes durante los tres primeros años y, además, se ha doblado la desgravación fiscal por gastos de guardería e infantiles hasta los seis años. El contraste con España habla por sí sólo. En nuestro país sólo se destinan 24 euros por hijo a cargo, siempre y cuando la familia no supere un límite de ingresos establecido en 10.000 euros al año.
El Foro de la Familia considera que si bien el dinero supone un factor importante, no es muy relevante cuando se carece de un verdadero ambiente de apoyo. Benigno Blanco, presidente de esta entidad, remarca la actuación «incoherente» que supone aumentar los recursos económicos a la vez que se trabaja con reformas de leyes sobre el matrimonio a favor de su «desestructuración» y «desnaturalización».
En palabras de Blanco, «es como echar una gota de agua en un desierto creado por uno mismo». Por su parte, Hertfelder asegura que con un 0,8 por ciento seguimos a la cola de Europa. Malta, el penúltimo en la lista, destina el 0,9 por ciento.
El panorama es el siguiente: una familia española necesitaría tener 13 hijos para poder optar a las mismas prestaciones que tiene una alemana por dos hijos. Unas cifras que se disparan aún más si la comparación la hacemos con Luxemburgo. En este caso, una familia española necesitaría tener 25 hijos para poder obtener la misma cantidad económica que obtiene una familia de este país por dos niños. La Federación de Familias Numerosas señala que la ayuda de 2.500 euros «carece de credibilidad», y pone en duda que en noviembre esta medida se haga efectiva, tal y como ha prometido María Teresa Fernández De La Vega.
Para la Federación, la trayectoria del Ejecutivo con respecto a las familias «ha sido de una total dejadez y de un ir y venir de incumplimientos de promesas». Además, señala que en el último congreso de las familias numerosas, celebrado en 2004, Zapatero prometió aumentar las prestaciones, promesas de papel que nunca se cumplieron. Eduardo Hertfelder ratifica esta opinión y explica que «existe un déficit de credibilidad», ya que el 80 por ciento de los compromisos han sido incumplidos «constantemente».
Otros colectivos como el Comité Español de Representantes de Personas Discapacitadas (CERMI) también consideran que las ayudas son insuficientes y proponen incrementar la aportación cuando el hijo sufra algún tipo de discapacidad, ya que el «esfuerzo económico familiar es sustancialmente superior».
El sobrecoste puede oscilar entre un 30 y un 40 por ciento más, según sus cálculos. «Sospechosa iniciativa» Calificada por algunos como «sospechosa y tremendamente electoralista», la medida llegó en las mismas fechas en las que el Instituto Nacional de Estadística anunció un ligero incremento de la natalidad en nuestro país, que ha alcanzado los 1,37 hijos por mujer en edad fértil. Una cifra que, si bien es positiva puesto que no se daba desde 1991, sigue siendo baja en comparación con Europa. Desde el Ejecutivo se afirma que esta medida tendrá un efecto positivo en el fomento de la natalidad.
Sin embargo, las asociaciones lo ponen en duda y se limitan a ser realistas. El primer año de vida de un niño supone para los padres un desembolso superior a los 5.500 euros. Una cifra bastante elevada que no se verá excesivamente aliviada con la medida estrella de Zapatero. Hertfelder explica que en los 18 primeros años de vida de un hijo, los padres invierten más de 100.00 euros. Por lo tanto, la cifra anunciada por el Gobierno cubriría sólo alrededor de un 2,5 por ciento de estas necesidades. «Es una ayuda poco significativa y muy puntual», añade Benigno Blanco. Por otra parte, Hertfelder ha remarcado que esta prestación debería ir acompañada de otras para ser el inicio de una verdadera política familiar .
Desde las asociaciones ven positiva la medida como una iniciativa aislada, pero se preguntan qué se hará después, por ejemplo, con los hijos de padres y madres que trabajen fuera de casa. «Ayudas como ésta no son más que medidas de maquillaje a una política familiar que ha estado abandonada durante los tres años y medio de legislatura de Zapatero», apuntó Eduardo Hertfelder. El presidente del Instituto de Política Familiar considera que «medidas aisladas» como ésta que no vayan acompañadas de otras prestaciones no sirven para nada. «A pesar de los 2.500 euros por hijo que nazca, seguiremos a la cola de Europa».

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