El sueldo real medio ha avanzado noventa céntimos en seis años. Por su parte, los jubilados han visto crecer más su poder adquisitivo: la pensión media real subió un 13,27 por ciento.

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El sueldo real medio ha avanzado noventa céntimos en seis años. Por su parte, los jubilados han visto crecer más su poder adquisitivo: la pensión media real subió un 13,27 por ciento. 
El vigor de la economía no se ha trasladado al bolsillo de los trabajadores. Entre 2000 y 2006, el salario medio anual –en términos nominales– ha pasado de 1.326,4 euros a 1.613,5 euros, según la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE.
Sin embargo, si se descuenta el efecto de la inflación sobre las remuneraciones, el resultado es bien distinto. En términos reales, el salario medio de los españoles creció sólo noventa céntimos: de 1.551,4 euros mensuales a 1.552,3 –a precios constantes de 2005–. Por tanto, el nivel de compra de los asalariados ha mejorado un 0,058 por ciento. O lo que es lo mismo, nada.
La inflación ha neutralizado la subida nominal de los salarios. En los últimos seis ejercicios, el coste de la vida se ha encarecido un 24,8 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadista (INE). De esta forma, en 2000, con un salario medio de 1.326 euros mensuales, los trabajadores podían comprar casi lo mismo que en 2006, a pesar de que el sueldo medio ha subido 300 euros.
Y eso, a pesar de la aceleración de los costes salariales registrada en el último trimestre de 2006, cuando crecieron un 3,7 por ciento interanual, según la Encuesta de Trimestral del Costes Laborales presentada ayer por el INE.
Mejora en los pensionistas
En cambio, los beneficiarios de pensiones no se han visto perjudicados de forma tan intensa por la espiral inflacionista. La pensión media, en términos nominales, ha pasado de 468 euros mensuales a 641,8 euros entre 2000 y 2006, según los datos de la Seguridad Social. A precios constantes –descontando los efectos del IPC–, la paga media de los pensionistas españoles ha subido un 13,27 por ciento.
Por tanto, mientras que el poder adquisitivo de los trabajadores prácticamente se ha estancado en los últimos años, las clases dependientes han mejorado su capacidad de compra un 13,27 por ciento.
El avance real de los salarios no ha acompañado al dinamismo de la economía. España encadena ya catorce años de crecimiento continuado y el mercado laboral ha generado un tercio de los nuevos empleos de la Unión Europea.
Sin embargo, los salarios, en términos reales, se encuentran en los mismos niveles de 1997, según los datos del Euroíndice ADECCO-IESE, lo que implica que en nueve años no ha mejorado el poder de compra de los trabajadores.
Las previsiones a corto plazo no son muy halagüeñas: el Euroíndice estima que el salario medio real volverá a caer un 0,2 por ciento en el primer trimestre de este año, encadenando su noveno descenso interanual consecutivo.
La fuerte entrada de extranjeros en el mercado laboral de los últimos años es uno de los factores que ha contribuido a contener los costes laborales de las empresas y mantener estable el nivel de los salarios. Entre 2003 y 2006 los trabajadores extranjeros se han duplicado, hasta los 2,6 millones de personas.
Un shock demográfico que ha multiplicado la demanda de trabajo y ha cubierto empleos en sectores necesitados de mano de obra intensiva, como la construcción o los servicios.
A esto hay que unir el perfil de estos trabajadores, que generalmente realizan ocupaciones de baja cualificación, con altas tasas de temporalidad y, por tanto, peor remuneradas.
Pero la inmigración no tiene la culpa de todo. Los precios son también responsables de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores. Entre 2000 y 2006, la remuneración media mensual de los asalariados ha crecido un 21,64 por ciento en términos nominales. En ese mismo periodo, el IPC ha repuntado un 24,8 por ciento, según el INE.
Este encarecimiento general de la vida ha sido mejor amortiguado por las pensionistas. En términos nominales, la paga media de los pensionistas ha crecido a ritmos del 5 por ciento y 6 por ciento anual, ligeramente por encima de la inflación.