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Carreras 2.0 y el ciclismo

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Cuando algunos han visto lo de Carreras 2.0 ha surgido inevitablemente la broma del ciclismo. La idea inicial no tenía nada que ver con las carreras en dos ruedas. Pensándolo bien, el símil ciclista da juego aplicado a la carrera profesional. Lo de “pedalea o te caes de la bici” me gusta. Otros, menos finos, han hablado de carreras “con dos …”. Pues, también, hay que tenerlos.

El planteamiento de Carreras 2.0 tenía que ver más bien con el fenómeno de la web 2.0, algo a lo que no alcanzo a ver sus límites y que me suena como al final del “quedarse quieto”.

Gracias a los desarrollos en Internet, ya no somos lectores pasivos. Emitimos comentarios y destrozamos la pretendida gran noticia. Elegimos las que nos gustan. Seguimos a los escritores que nos interesan. Creamos nuestros propios diarios. Generamos las noticias. Hablo de los blogs, menéames, diggs, netvibes, etc. De una sociedad de lectores vamos pasando a una sociedad de autores.

En el campo del marketing los especialistas andan revueltos. Gracias a Internet los grupos de compradores van tomando la iniciativa y siendo capaces de provocar la aparición de productos y servicios más próximos a lo que realmente necesitan. Se acabó el esperar las últimas creaciones de las supermarcas. Vamos a influir en el mercado.

En la enseñanza universitaria los alumnos van por delante de los profesores, ya aprenden sólos y pueden generar sus curricula particulares en función de sus intereses. En los colegios, los maestros conseguirían más fácilmente que los alumnos se bajaran de las mesas si les “dieran pantalla”, que es lo que les pide el cuerpo.

Me gustaría seguir ilustrando el fenómeno pero se me va a ver el plumero. Os remito a profesionales como Enrique Dans o Ricardo Galli si quereis saber más.

Pues como os decía, estudiando que estoy el fenómeno web 2.0 cuando llega mi amigo Poli. Que si está harto de enviar CV’s a toda la lista de empresas de selección y cazatalentos, que la tiene completa y bien manoseada, y a todas las empresas que anuncian ofertas de su especialidad. Que tanto esfuerzo para que te reciba una joven de 24 años y te descarte al verte entrar porque tienes más de 40 y porque no aparece en tu CV que hayas hecho exactamente lo que están buscando. Y mi amigo Poli, que ha sido Director General Financiero de un par de multinacionales, se huele 1) que el sistema no está preparado para apreciar sus capacidades y 2) que la joven no llega a mileurista. Harto de esperar, intenta un plan individual de outplacement. 7000 € y sin garantías. Tampoco por ahí.

A Poli le tuve que parar los pies. Se acoraza con su punto de vista y no es capaz de ponerse en el del otro. Qué sabrá de las dificultades de los cazatalentos para encontrar el mirlo blanco, pasan los meses, la reputación de la empresa en juego… Qué sabrá del pánico escénico del consultor junior cuando aparece un senior por la puerta, ¿por dónde agarro yo a éste? Al protocolo: ¿Ha encontrado bien el sitio? ¿Ha tenido problemas para aparcar? No, he venido en Metro. Contener la respiración y con voz engolada esperar que pase un tiempo no escandalosamente corto para despedir al candidato. Como José Mari Manzanares padre en sus últimos tiempos. Dos tandas de un capotazo y medio y a matar. Y qué decir de las pymes que pierden de la noche a la mañana un personaje clave y tienen que buscar desesperadamente para que el roto no llegue a desgarro ¿Quién de ellos quiere ejercer de brujo de urgencias? Ninguno, Poli, ninguno. Mi defensa de la profesión no resultó. Pero el problema estaba ahí.

Estamos en un mercado de CV’s, un mercado en Internet. Los intermediarios se llevan el gato al agua a costa de los compradores: empresas finales y empresas de selección. El productor del CV no recibe nada. El mercado se mueve por el momento. Hay un fuego, hay que apagarlo. Hay peticiones de reclutamiento que se envían a siete u ocho reclutadores de los que sólo cobrará el servicio uno de ellos y probablemente la mitad porque es nuevo y está entrando en el mercado. Los compradores, a muerte, perfil, perfil, CV, CV vendible, el primero que pase… Selección, lo que se dice selección… Y el productor de CV’s, lo mismo, momento, cuando está quemado o cuando está fuera. A apagar otro fuego, a ciegas, para preparar la siguiente quemazón. Un mercado de encuentros fugaces.

Y ahora vamos a lo de la web 2.0. Hasta ahora las redes sociales se están empleando para otras cosas. En Facebook me he encontrado respondiendo a un test de tetas, sí, adivinar sin son tetas-tetas o tetas de las otras. Me lo mandaba un “amigo” nuevo. Mucho español que ha estudiado en EEUU y quiere seguir manteniendo las amistades. Y está en inglés. Todavía no me doy de baja. Xing va a los profesionales, pero todavía con un enfoque de CV, muchos de ellos muy incompletos. Puede que sea más útil para hacer negocios que para la promoción profesional. Prometo profundizar. Cada día aparecen redes de moda. Aprender a entrar, registrarte, comprobar la funcionalidad… Un trabajo en sí. A mí lo que me gusta es no tener que rellenar ninguna plantilla. Te mando el CV por e-mail y arréglate.

Me parece que los productores de CV saldrían ganando si se pasaran a gestores de carrera. Mi amigo Poli cuando entra en una empresa entra a fondo, agacha la cabeza y “palante”. El día que su Dtor. General le pone en la calle no se sorprende de que las fidelidades mutuas estén desequilibradas. Poli lo sabe, pero se le pone una cara de haba… Se faja en el puesto de trabajo y no levanta la cabeza ni para mirar por la ventana. Después, confunde a los cazatalentos con Santa Bárbara. Va con su fuego, con su urgencia, en su momento. No cuida nada su carrera. Si lo hiciera, se lo rifarían. Tendría entrevistas todo el año.

Seguimos con el ritual CV + entrevista mil veces repetido. Los reclutadores con las mismas preguntas. Los candidatos con las mismas respuestas. Para salir del paso otra vez. El reclutador decidiendo casi desde cero, con la misma inseguridad. El candidato, mareado de imaginar el perfil que buscan y adaptarse a una entelequia. Me parece que los reclutadores saldrían ganando si pudieran tener referencias del mercado laboral sobre el candidato. Disponemos de capacidades multimedia en la web 2.0 para desterrar el CV. En un simple blog un candidato puede presentar 23 entrevistas grabadas, 16 videos hablando en inglés, 234 referencias de empleadores y colaboradores, 14 escenas de resistencia sobre nieve, 34 de presentaciones en público, 55 fotos de “la pequeña”… hasta la fotocopia del título que nunca presenta en ninguna empresa. Ambos ahorrarían tiempo en entrevistas de trámite y el candidato podría dedicar más a seleccionar la empresa candidata a su carrera profesional. Como hace ahora mi amigo Poli, visitante asíduo del Registro Mercantil.

¿Podríamos darle la vuelta al mercado? ¿Te imaginas, Poli, a los reclutadores pagando por ver tu blog de carrera? Estoy seguro que serías más barato que Infojobs.

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