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Índice de Gini

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Cuando empecé en la Facultad, en tiempos en los que la peseta aún era de curso legal y las tapas de los retretes todavía llevaban el precinto puesto, se nos enseñó la utilidad práctica del índice de Gini. Decían que este coeficiente ideado por Don Corrado Gini te mostraba como de equitativo era el reparto de una renta en un determinado país, principalmente. También servía para medir la equidad de cualquier tipo o forma de reparto, pero tratándose como se trataba de dar a todos los conocimientos que se nos inculcaban un enfoque económico, era de esperar que utilizáramos estos conocimientos dentro del ámbito científico que nos correspondía. Como era de esperar, aplicamos de manera inadecuada estos conocimientos para crear el índice de VaGini, que venía a medir cómo de generosa había sido la madre naturaleza con nuestras coetáneas, por término medio, y así catalogar los antros de perversión que frecuentábamos para entregarnos a la lujuria y el desenfreno con un valor lo más fiel posible a la realidad femenina del lugar en cuestión. No creo que haga falta decir que en estos años, que yo denomino “años oscuros“, menos estudiar hacíamos muchas cosas.

A lo que íbamos. Don Corrado Gini se estrujó bien los sexos para conseguir una fórmula que representara la equidad de una distribución cualquiera, en forma de razón, de manera que los valores obtenidos fueran desde el 0, que vendría a ser el reparto perfecto, hasta el 1, que sería la desigualdad absoluta. La fórmula la tenéis muy bien expresada aquí, así que me ahorraré liar más el asunto con latinajos estadísticos.

Para obtener un valor más comprensible que un coeficiente vulgar, se multiplica el resultado por 100 y ya tenemos un porcentaje, que es el auténtico índice de Gini, el que se publica en todas partes. Así pues, tenemos que 0 sigue siendo el reparto perfecto, y 100 la desigualdad suprema.

En fin, esto viene al caso para continuar con el análisis que hacemos sobre la salud de la economía española, y de paso me sirve para volver a los terrenos de juego, que quizá alguno me había echado de menos. Ya contaré dónde cojones estaba metido, pero eso no es un asunto económico.

Bien, dicho lo que el señor Gini hizo, y su utilidad práctica más común, pasaremos a colgar la preceptiva lista de países más interesantes para comparar con España, y las conclusiones a las que podemos llegar.

País               Gini Index
1.  Dinamarca    24′7
2.  Japón           24′9
3.  Suecia          25
4.  Noruega        25′8
5.  Finlandia       26′9
6.  Alemania      28′3
7.  Austria         29′1
8.  Holanda       30′9
9.  Canadá        32′6
10. Francia        32′7
11. Bélgica        33
12. Suiza          33′7
13. Irlanda         34′3
14. Grecia         34′3
15. Polonia        34′5
16. España        34′7
17. G. Bretaña   36
18. Italia            36
19. Portugal      38′5
20. EEUU         40′8

Fuente: Human Development Report 2006 (http://hdr.undp.org/en/media/hdr06-complete.pdf).

Pues nada, así es como se reparte la riqueza en estos países. Como se puede ver, los más eficientes en estos aspectos son los nórdicos, los japoneses y los germanos, que reparten de una manera bastante eficiente y equitativa su renta. Nos llevan años de ventaja.

A los mediterráneos se nos puede meter por una vez a todos en el mismo saco. España sigue su penosa andadura, aunque todo depende de la liga en la que queramos jugar. Realmente influye eso de que tu jefe gane cuatro veces más que tú, mientras a duras penas sales adelante con un sueldo de mileurista. Pero tendremos tiempo de hacer un análisis más profundo de este asunto en próximas entregas. De momento, basta saber que los mileuristas no son sólo jóvenes a los que se les presenta su primera oportunidad laboral, sino que es un alto porcentaje de la población la que vive con este calificativo a cuestas durante gran parte de su vida, sino toda.

Puede sorprender la situación de la Gran Bretaña, así como la de Suiza, pero quizá no sorprenda tanto si pensamos que es en estos países sobre todo en el británico, así como en EEUU, donde se encuentran las grandes fortunas del planeta. Es lógico pensar que, a mayor número de multimillonarios y mayores fortunas, mayor desigualdad.

EEUU, en su línea. El país de las desigualdades sociales y el capitalismo salvaje, “tanto tienes, tanto vales”. Pero cabría preguntarse hasta qué punto es representativo el número de fortunas en un país en el que viven algo más de 300 millones de personas. Obviamente, el caso de EEUU no es igual al de Suiza o Gran Bretaña. No olvidemos que hablamos de un país en el que las políticas sociales brillan por su ausencia, lo que incrementa la brecha entre los que tienen mucho y los que no tienen nada. Los impuestos, no hay que olvidarlo, esos que en EEUU son tan bajos, también son un método de reparto y reorganización de la renta, y no sólo un medio para financiar guerras. El neoliberalismo es, por definición, ineficaz, como ya lo fue el liberalismo en el pasado.

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