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Tres motivos por los cuidar al 'no elegido' en un proceso de selección.

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Cada búsqueda es como una pequeña historia, con su trama, desenlace y final aparentemente feliz, con la foto del candidato elegido. Él se transforma en el protagonista de la película. Lo que para el ganador supone un nuevo proyecto atractivo, desafiante, en el que se va a volcar, con nuevos horizontes y expectativas en su carrera, para otros que han ido quedando en el camino, todo culmina en un desengaño, decepción e ilusiones truncadas, a veces tanto mayores cuanto más lejos han llegado en el proceso.

Si la medalla de plata en los Juegos Olímpicos deja a quien la obtiene un sabor agridulce, este sabor se torna amargo para quien, en la recta final del proceso de selección, llega segundo, tras el ganador. ¿Qué pasa con el candidato no elegido? ¿Es la guarnición que acompaña al filet mignon en el menú, o, peor aún, las sobras del proceso? ¿Se le despide con un simple "Adiós y buena suerte en la próxima?"

Hay al menos tres motivos por los que tenemos que cuidar con mucho más estilo y candor este importantísimo tema. Uno, el puramente ético, sobre cómo tratar a las personas. Dos, el trato al candidato es un muy importante criterio de calidad de nuestro servicio. Y tres, en un marco real, práctico y de mínima conducta inteligente, el candidato no elegido hoy puede ser el ganador mañana. En todos estos casos hay un importante campo de mejora.

Búsqueda del candidato
Dentro del mundo de profesionales de búsqueda de directivos, ninguno podemos tener la conciencia completamente tranquila a este respecto. Búsquedas que se alargan o detienen, orientación al cliente, al negocio y al candidato ganador, presión de trabajo... todo empuja a olvidar negligentemente al candidato no seleccionado.

Recientemente, la Association of Executive Search Consultants ha llevado a cabo una encuesta mundial a la que han contestado 1.400 directivos senior a los que se preguntó por su experiencia como candidatos con empresas de búsqueda de directivos.

El 70% calificó de 'media'’ o 'deficiente' la comunicación con el candidato, el 51%, de "deficiente" el seguimiento de candidatos una vez que el puesto ha sido cubierto, y sólo el 3% consideró que se hace muy bien. "A veces me he sentido tratado como simple mercancía de trueque", nos decía un directivo sin ira ni rencor, sin victimismo ni orgullo herido, pero constatando claramente su vivencia de no haber tenido el trato que una persona merece.

"Mi experiencia ha sido de ausencia de feedback y de comunicación con la casa consultora después de la entrevista. A veces, he llegado a entrevistarme con el cliente y después parece que todo se para: llamadas sin contestar, silencio administrativo y ausencia de información. Es poco serio. No hay problema en que me digan que no he sido elegido, pero, al menos, que me lo digan. El no tener noticias resulta ofensivo". Esto lo hemos escuchado todos en nuestra profesión.

"Trata a tus candidatos como a tus clientes, y a todos ellos como a tí te gustaría ser tratado". Parece una frase lapidaria y bíblica. Pero debemos llevarla permanentemente grabada en nuestra mente y código de conducta profesional, sin olvidarla quienes nos dedicamos y queremos honrar esta profesión que es la búsqueda de directivos. 

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