El paro se dispara en agosto en 58.000 personas, en gran parte por fraude de ley

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Empieza a ser habitual que las empresas aprovechen las vacaciones de verano para dar de baja a sus trabajadores en la Seguridad Social y contratarlos de nuevo en septiembre.

Se trata de un fraude de ley que permite al empleador ahorrarse la cotización de ese mes y que se ha ido generalizando en determinados sectores como la construcción o el servicio doméstico, lo que afectando en especial a los inmigrantes.

Este factor explicaría en buena medida que el paro registrado en agosto en los Servicios Públicos de Empleo haya aumentado en 57.958 personas (la cifra más alta de la serie histórica), y se haya superado la barrera psicológica de los dos millones. En coherencia con este dato, el número de afiliados a la Seguridad Social ha caído en agosto en 206.865 personas. Los sectores más afectados han sido construcción y servicios, donde el desempleo se ha incrementado en cerca de 10.000 personas.

Los sindicatos y el Gobierno, al reconocer que se trata de un dato negativo, han coincidido en su carácter coyuntural. Sin embargo, este hecho no puede ocultar que desde hace meses se viene produciendo un cambio de tendencia en el mercado laboral, donde se registra un deterioro sistemático.

Es mucho más significativo comprobar que en los últimos doce meses el número de parados registrados ha aumentado en más de 44.619 personas. Este aumento del paro en términos anuales no se producía desde el año 2005. Esto ha hecho temer a la CEOE que podríamos estar ante un cambio en la tendencia de reducción del desempleo que se había producido durante 2005 y 2006. Como es lógico el PP se ha abonado a esta tesis y su presidente, Mariano Rajoy, ha anunciado que esto es el síntoma de un cambio de ciclo.

En Catalunya el mercado laboral ha sido similar. En agosto el paro subió en 11.898 personas y en términos anuales se ha incrementado en 3.148 personas, rompiendo también la tendencia de reducción del desempleo, lo que ha desatado la preocupación de los agentes sociales y la caída del índice de confianza de los consumidores.