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Las pymes tiran de la contratación.

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Las pymes tiran de la contratación. Una encuesta de Crédit Agricole sitúa a España como el país europeo donde más fácil resulta emplearse. Un 27% de las pymes españolas piensa efectuar nuevas contrataciones a lo largo de 2007, ligeramente por debajo de 2006 (29%). Este dato, perteneciente a una encuesta elaborada por Eurofactor, filial del Grupo Crédit Agricole, coloca a España en el pelotón de cabeza europeo en esta materia. La cuestión pendiente sigue siendo que el empleo femenino se equipare o acerque al de los países próximos, según otro estudio también de ámbito europeo.
Un 27% de las pymes españolas piensa realizar nuevas contrataciones durante 2007, ligeramente por debajo del 29% de 2006
Cualquiera que pasee por una ciudad grande o mediana habrá constatado la gran demanda de empleados para trabajar en comercios. Los carteles de los escaparates no mienten y las encuestas lo avalan: en comparación con nuestro entorno europeo, España es el país en el que más sencillo resulta encontrar personal disponible para ingresar en la plantilla de una pequeña y mediana empresa. Eso es lo que asegura el Barómetro 2007 sobre confianza empresarial de la firma de créditos Eurofactor, filial del Grupo Crédit Agricole. En la encuesta, llevada a cabo entre octubre y noviembre de 2006, han participado 3.000 directores generales, directores generales adjuntos y directores financieros de otras tantas pymes de siete naciones (Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Bélgica, Portugal y España).
En concreto, el 63% de las pequeñas y medianas empresas españolas -que suponen más del 90% del tejido empresarial total de nuestro país- contesta que en la actualidad es "bastante fácil" o "muy fácil" contratar personal, algo en lo que representa un papel relevante el incremento de la población inmigrante. Este porcentaje es el más elevado de los siete países encuestados.
En consonancia con ello, el 27% augura un aumento de plantilla durante 2007 frente a un 29% del año previo. Las que dicen que mantendrán el número de empleados son el 66%, y sólo un 7% prevé disminuciones. Bélgica, con un 36%, y Reino Unido, con un 28%, son los únicos países que se sitúan por delante en previsión de incrementos. Cierran la relación Portugal (14%), Alemania (13%) e Italia (13%). En España, el sector de la construcción (45%) lidera la lista, seguido del de transportes y servicios (34%).
Para Josep Sellès, director general de Eurofactor en nuestro país, esta predisposición a emplear es en buena parte "el resultado de que se haya relajado la legislación laboral, lo que ha provocado que contratar ya no sea como tener un hijo, que es para toda la vida". En su opinión, "los empresarios han perdido el miedo a la contratación porque el nivel de las indemnizaciones se ha suavizado".
Productividad y calidad
Los datos optimistas no ocultan, sin embargo, que "las perspectivas económicas empiezan a moderarse", en palabras de los autores del informe, y que se percibe el comienzo de cierta desaceleración. Para Sellès, la razón hay que encontrarla en el hecho de que "las empresas están pensando ahora sobre todo en aumentar su productividad y la calidad de sus bienes o servicios, para lo que deben dedicar más recursos a inversión en maquinaria que a aumentar plantilla". Además, señala como factores de desaceleración "la sombra del freno de la construcción" y "los problemas del sector de la automoción, en el que se aprecia un cierto repunte de la morosidad, todavía no preocupante, pero que puede repercutir en muchas pymes que trabajan para esta industria".
A pesar de estas contrariedades, la encuesta recoge también que las pequeñas y medianas empresas españolas son, entre los siete países analizados, las que más perspectivas de crecimiento económico prevén para 2007. Un 62% anuncia que mejorarán sus resultados. A continuación se coloca Reino Unido, con un 58%, mientras que Italia, con un 34%, es el país más pesimista al respecto. En aumento del volumen de negocio, España es tercera (50% de optimismo), tras Bélgica (61%) y Reino Unido (58%).
El contraste en relación con estos datos proviene del empleo femenino, un terreno en el que España todavía se halla lejos de los niveles europeos. Según el Atlas Sociolaboral 2007 de la multinacional ADP, especializada en la externalización de nóminas, nuestro país -junto a Italia, Grecia e Irlanda- se mantiene en la cola de la Unión Europea en cuanto a diferencia entre el número total de contratos masculinos y femeninos. Noruega, Suecia y Finlandia, donde la distancia entre unos y otros es menor del 5%, encabezan el ranking de igualdad laboral entre sexos. A la espera de la aplicación de las nuevas medidas recientemente aprobadas por el Gobierno en esta materia, para Josep Sellès, "sigue habiendo un problema de mentalidad empresarial, que lleva a preferir hombres a mujeres en situaciones similares, para evitarse así las obligadas bajas por maternidad y las derivadas del cuidado de los niños, algo sobre lo que los hombres tienen parte de culpa, dado que continúan descargando estas funciones en las mujeres".
Basándose en los datos de Eurostat 2005, el informe de ADP resalta el hecho de que únicamente un 8% de las trabajadoras españolas disfruta de jornada reducida, frente al 48% de las holandesas y el 41% de las suecas, lo que permite a éstas una conciliación prácticamente plena de su vida laboral y personal. "Las diferencias culturales e históricas entre los países del sur y los del norte de Europa" son, según las fuentes de ADP consultadas, las causas que siguen pesando para que se mantengan estas distancias entre las mujeres de uno y otro contexto geográfico. Sólo Irlanda, entre las naciones del norte europeo, mantiene hoy en día algunos parecidos con los países mediterráneos en este terreno.
España también encabeza, según dicho Atlas Sociolaboral, el ranking de contratación temporal femenina, muy por encima de la media europea. Otro dato destacado es que nuestro país está entre los que tienen menos costes laborales por persona y hora (entre los 10 y 15 euros), si bien todavía bastante por encima de las nuevas incorporaciones de países del Este, donde dichos costes rondan los cinco euros. "Una diferencia", indica el estudio, "que se prevé que cambie de manera gradual en los próximos diez años".

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