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El 56% de los profesionales no se encuentran satisfechos con su trabajo.

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El 56% de los profesionales no se encuentran satisfechos con su trabajo: ésta es una de las principales conclusiones que se extraen del VII Informe Randstad: Jóvenes, profesionales y urbanos, elaborado por el Instituto de Estudios Laborales de ESADE.  En opinión de Carlos Obeso, director del Instituto de Estudios Laborales (IEL) de ESADE,  y coordinador de la investigación, de lo que los profesionales encuestados hablan “sin nombrarlo, es de cómo se está Gestionando el Conocimiento en nuestras empresas.
De esos relatos y de las conclusiones de esta investigación habrá quien verá la botella medio llena y quien la verá medio vacía, dos interpretaciones que seguramente se complementan”, señala Obeso. 
El Informe es el resultado de una investigación  llevada a cabo mediante entrevistas en profundidad con 32 profesionales nacidos entre los años 1967-1976, elegidos entre los que hicieron carreras  con resultados académicos por encima de la media y que llevan entre siete y quince años en el mercado de trabajo, en Madrid y Barcelona. Estos profesionales se mueven entre la cultura industrial de devoción al trabajo heredada de sus padres y la del consumismo post-moderno de la "generación Y”.
Están  dispuestos  a comprometerse a fondo con las empresas que promueven su promoción, iniciativa, creatividad y responsabilidad pero están menos dispuestos a la adhesión pasional por las mismas, lo que se refleja en el hecho de que en sus primeros 5 años de vida laboral hayan cambiado de empresa entre 3 y 6 veces. 
Son unos profesionales que saben lo que quieren y que son exigentes con las empresas y con el entorno laboral. El 44% de los entrevistados valora su situación laboral como ideal, un número sin duda significativo y positivo, mientras que un 56% demuestra insatisfacción con aspectos diversos de su trabajo. De estos un 44% expresan insatisfaccion con la tarea que realizan mientras que un 18% declaran sentirse plenamente insatisfechos, no encuentran su empleo estimulante y reconocen estar “desaprovechados y aburridos”.
Carlos Obeso, director del Instituo de Estudios Laborales de ESADE y del informe, explica que “actualmente todavia en un número significativo de empresas existe  un desequilibrio importante entre el talento que contratan y el que son capaces de utilizar”.  
Un buen salario no basta
Además de un buen salario y horario de trabajo adecuado a su vida extralaboral (la conciliación es importante porque valoran el tiempo de no trabajo), los profesionales españoles señalan otros aspectos para considerar un trabajo como ideal: aprendizaje continuo, responsabilidades nuevas y bien definidas y proyectos ilusionantes, todo ello encuadrado en un plan de negocio aceptable y creible. 
Las posibilidades de promoción y los planes de carrera internos son también importantes. De hecho la mayor parte de los entrevistados asegura haber cambiado de trabajo en busca de mayores responsabilidades o promociones que no se iban a dar desde la propia empresa. De ahí la alta rotación de los profesionales entrevistados: entre 3 y 6 empresas en los primeros cinco años. De este hecho se substrae otra consecuencia, como explica Carlos Obeso: “La rotación es la alternativa a los inexistentes o deficientes planes de carrera de un número significativo de empresas por donde han pasado nuestros profesionales, con la excepción de multinacionales y grandes empresas. La conclusión es que para  muchas organizaciones el problema no es tanto el atraer el  talento como el retenerlo.
La necesidad de cambiar la cultura directiva
En cuanto a los factores externos que desmotivan en el trabajo, el informe recoge como fundamental la inadecuada calidad directiva de los jefes inmediatos, estando en el resto de condiciones de trabajo (salario y seguridad laboral, fundamentalmente) muy satisfechos. Los encuestados destacan como malas actitudes de sus jefes “el autoritarismo, la mala educación y la falta de empatía y de capacidad de valorar a sus subordinados”.
El principal motivo de este problema se encuentra en la desigualdad existente en un número significativo de empresas entre la cultura dominante, fundamentalmente enraizada en la cultura industrial de la desconfianza, y la que demandan estos profesionales hijos del post-modernismo, basada en la colaboración y la confianza.  “La denuncia sobre la baja calidad directiva de sus jefes inmediatos es generalizada; son pocos  los que resaltan las cualidades positivas de los jefes  que han tenido a la largo de su trayectoria”, indica Obeso, “de hecho, una buena parte de los cambios de empresa que emprendieron, además de las anteriormente señaladas, se debió a no soportar el carácter o las malas prácticas de esos jefes”.
La devoción por la empresa, un valor a la baja
Si la opinión generalizada sobre los jefes no es positiva, cuando se pregunta por las empresas las percepciones no son muy diferentes, ya que es “muy difícil que estos trabajadores deslinden la imagen de la empresa de sus jefes; en el fondo, eso es tanto como decir que la imagen de la empresa depende de la actitud y actuación de sus directivos y mandos intermedios, y del Departamento de Recursos Humanos”. 
Los profesionales entrevistados ven a la empresa como una organización pensada fundamentalmente para generar beneficios (entienden que sus buenos salarios y condiciones se deben a la lógica del mercado) cuya mayor satisfacción es tener profesionales cumplidores y productivos, que no muestren ningún tipo de actitud crítica”. En consecuencia  la entrega y el compromiso con la organización no son valores que destaquen en estos profesionales capaces de establecer relaciones amplias y prolongadas en el tiempo, pero que al mismo tiempo son también utilitaristas y parciales. “Nuestros profesionales inverten fuerte en su profesión más que en la empresa”, destaca el director del Instituto de Estudios Laborales de ESADE.
Metodología del Informe
El VII Informe Randstad ha sido elaborado a partir de conversaciones con profesionales nacidos entre los años 1967-1976, elegidos entre los que hicieron carreras profesionales de Física, Química, Informática e Ingeniería de Telecomunicaciones, con resultados académicos por encima de la media y que llevan entre siete y quince años en el mercado de trabajo en Madird y Barcelona.
El estudio, realizado por el sociólogo y profesor de ESADE, Lluis Sáez Giol, y la periodista, Lola Salado Fabuel, ha estado coordinado por el director del Instituto de Estudios Laborales de ESADE, Carlos Obeso.

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